El Dr. Gary Schwartz, de la Universidad de Arizona, realizó un experimento con girasoles en el que se quería constatar la importancia del contacto a tierra para la salud.

Para ello diseña un experimento muy sencillo en el que toma 4 girasoles desarraigados de su terreno y 2 de ellos los conecta un enchufe eléctrico conectado a tierra a través de una delgada varilla metálica colocada en la maceta y conectada a un cable.

Se conectó al segundo grupo a un enchufe que no estaba conectado a tierra. Todas las flores estaban recién cortadas al mismo tiempo, procedían del mismo terreno y el agua venía de la misma fuente no añadiéndosele ninguna sustancia nutritiva.

Fue interesante comprobar que, para el séptimo día, un par se estaba marchitando claramente, mientras que el otro aún se veía fresco. Como se supuso, el par que se mantuvo fresco fue el que estaba unido al enchufe conectado a la tierra. Abundando en este hecho, hubo una diferencia de supervivencia notoria de 10 días en las flores conectadas a tierra con respecto a las no conectadas.

La interpretación por parte del grupo científico fue que, ya que las flores que crecen en la tierra reciben un suministro continuo de energía. La varilla de conexión que se utilizó en este experimento imita efectivamente la conexión natural, por lo que vivieron más tiempo, como si no las hubieran cortado.

Entonces, ¿puede este concepto significar mejor salud para usted? Existe evidencia convincente de que sí puede.

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